Se me echa el tiempo encima. Con el blog, con las clases, con la vida (se me viene a la cabeza la musiquilla del poema de Miguel Hernández cantado por Serrat: Llegó con tres heridas...).
Con el blog me ocurre algunas veces que, a pesar de tener cosas que decir, no encuentro el momento de hacerlo y, cuando lo encuentro, ya no me parece tan interesante lo que pensaba escribir. Otras veces pasa, simplemente, que ya he leído en otro sitio de los que suelo visitar lo que yo estaba pensando recoger en una entrada y si ya me parece impecable...¿para qué entonces repetir ideas, temas, palabras? Y hay veces (estas son las peores) en que no encuentro ni siquiera qué decir y hasta me planteo dudas sobre la utilidad de este blog.
Con las clases (tanto en lo referente a la preparación de las mismas como a las relaciones sociales con los alumnos, los profesores y demás personal que trabaja en el instituto), al llegar a un nuevo destino siempre se necesita un periodo de adaptación. Al principio, cualquier cosa que después parece insignificante absorbe mucho tiempo , sobre todo si ya está empezado el curso y es una la que llega cuando ya está todo en marcha. Hay que ir conociendo a los compañeros, a los alumnos, aprenderse la disposición de las clases para no ir como un zombi dando paseos de un lado para otro, saber cuándo y dónde están disponibles determinados materiales y recursos, medir el ritmo de trabajo necesario para cada grupo...Menos mal que, poco a poco, ya voy cogiendo el paso, pero hasta ahora, para subir al tren en marcha he tenido que ir necesariamente a la carrera y a un ritmo vertiginoso.
Con la vida diaria (con la familia, con los amigos, con una misma...) también el tiempo apremia. Ocurre que falta menos de un mes para mi cumpleaños y, aunque me alegro muchísimo de cumplirlos, por estas fechas siempre me parece que corre más el tiempo. O será que yo, inevitablemente, empiezo a hacer repaso y soy más consciente de ello. Miro, por ejemplo, en mi mesita de noche y veo una foto de mis niñas (que ya no son niñas) cuando tenían, la menor, dieciocho meses y, la mayor, cuatro años y medio... Ahora una cursa 4º de ESO y otra, ya en la Universidad, hace 1º de Derecho. En fin, lo que pasa es, ni más ni menos, que pasa la vida...
Con el blog me ocurre algunas veces que, a pesar de tener cosas que decir, no encuentro el momento de hacerlo y, cuando lo encuentro, ya no me parece tan interesante lo que pensaba escribir. Otras veces pasa, simplemente, que ya he leído en otro sitio de los que suelo visitar lo que yo estaba pensando recoger en una entrada y si ya me parece impecable...¿para qué entonces repetir ideas, temas, palabras? Y hay veces (estas son las peores) en que no encuentro ni siquiera qué decir y hasta me planteo dudas sobre la utilidad de este blog.
Con las clases (tanto en lo referente a la preparación de las mismas como a las relaciones sociales con los alumnos, los profesores y demás personal que trabaja en el instituto), al llegar a un nuevo destino siempre se necesita un periodo de adaptación. Al principio, cualquier cosa que después parece insignificante absorbe mucho tiempo , sobre todo si ya está empezado el curso y es una la que llega cuando ya está todo en marcha. Hay que ir conociendo a los compañeros, a los alumnos, aprenderse la disposición de las clases para no ir como un zombi dando paseos de un lado para otro, saber cuándo y dónde están disponibles determinados materiales y recursos, medir el ritmo de trabajo necesario para cada grupo...Menos mal que, poco a poco, ya voy cogiendo el paso, pero hasta ahora, para subir al tren en marcha he tenido que ir necesariamente a la carrera y a un ritmo vertiginoso.
Con la vida diaria (con la familia, con los amigos, con una misma...) también el tiempo apremia. Ocurre que falta menos de un mes para mi cumpleaños y, aunque me alegro muchísimo de cumplirlos, por estas fechas siempre me parece que corre más el tiempo. O será que yo, inevitablemente, empiezo a hacer repaso y soy más consciente de ello. Miro, por ejemplo, en mi mesita de noche y veo una foto de mis niñas (que ya no son niñas) cuando tenían, la menor, dieciocho meses y, la mayor, cuatro años y medio... Ahora una cursa 4º de ESO y otra, ya en la Universidad, hace 1º de Derecho. En fin, lo que pasa es, ni más ni menos, que pasa la vida...
Procedencia de la imagen (Ilustración de John Tenniell para Alice in wonderland, de Lewis Carroll)
13 comentarios:
Bueno, la vida es eso, la montaña rusa en la que igual subes que bajas o vas dando cabezazos. Así andamos todos, viendo los años en los demás (en mis niñas, por ejemplo) sin que nos dé tiempo casi a atrapar los días.
Un saludo.
P.D: hay algunos fallos en los enlaces.
Gracias por el aviso, Antonio. He intentado arreglarlo pero no sé qué pasa: en "otro sitio" (donde he querido enlazar a la entrada de Héctor Monteagudo dedicada a Ángel González), pongo una y otra vez la dirección pero vuelve a salirme que el enlace está roto...
Está repetido el "http://". Debes borrar el que hay antes de pegar la dirección del enlace.
ja, ja, ja...pelín estresada te noto. Pero bueno, parece que poco a poco (sobre todo en el trabajo) se recupera la normalidad, ¿no?
Un abrazo.
Vaya, qué torpeza...Bueno, ya está arreglado. Gracias de nuevo, Antonio.
Juanma, sí que ado estresadilla, pero poco a poco todo va a su sitio. Saludos.
Marian, creo que tú y yo tenemos una especie de conexión mental, de telepatía profesional que Blogger no ve con buenos ojos. Algunas veces también he tenido dudas sobre mi actividad bloguera. Después de pensar y repensar las entradas que quería escribir, las he encontrado en otros blogs, con mayor calidad y número de datos. A veces ocurre cuando uno ya tiene casi listo el borrador o lo acaba de publicar, como me pasó con el Premio concedido a Fernández Paz, que ya se encontraba en "Darabuc" desde hacía un par de horas. Entonces comprendí que lo importante no es la información en sí, ya que es habitual, en una sociedad como la nuestra, que se repita en varios medios; lo valioso es la visión personal que ofrezcamos sobre esa información, nuestra opinión, y más si la transmitimos a través de un blog. Por otra parte, este aspecto subjetivo es el que le da sentido a mi actividad bloguera. Cuando te preguntabas para qué servía, me acordé del viejo debate en torno a la literatura y su utilidad práctica. Siempre he sostenido que no tiene ninguna al margen del disfrute personal, pues los intentos de dotarla de otros fines (enseñar, adoctrinar en una determinada ideología...) no han perdurado en el tiempo, porque en muchos casos han caducado. El día que deje de escribir en mi blog o en el de los demás será porque ya no disfrute haciéndolo, no porque ya no tenga nada que decir.
Sobre el trabajo, es cierto que debemos invertir mucho tiempo si queremos hacerlo bien, no importa que sea a mitad de curso o desde el inicio. Es cierto que cuando realizas sustituciones uno debe adaptarse a marchas forzadas y hacerse a la idea de que en unos días el proceso volverá a empezar. Es algo que hay que aceptar, ya que es la mejor manera de aprender los entresijos de esta profesión.
Aunque el tiempo que le dediquemos a familia y amigos es menor, también se disfruta más. Tenemos la suerte de que no estamos encerrados en una fábrica durante ocho horas diarias y de que nuestra labor es vocacional, algo que los demás suelen percibir de forma positiva cuando nos relacionamos con ellos.
Ya me despido. Siento que este comentario sea tan largo, pero la telepatía no se caracteriza por atender a ciertos detalles. De todas formas me alegra que tengamos tantas ideas comunes, pues uno se siente menos solo en este "mundillo digital".
Héctor, no sabes cuánto me agrada esa compañía telepática. Ciertamente, la razón de ser del blog no es su utilidad, pero hay días en que se duda de todo...
Y no sientas escribir un comentario extenso; a mí me ha encantado, así que no le quitaría ni una coma. Un abrazo.
Todos pasamos por momentos en que nos planteamos si seguir o no seguir con el blog y la falta de tiempo es una de las principales causas. Pero creo que nosotros tenemos bastantes cosas que decir y una vez que te has adaptado (o estás en proceso de) al nuevo instituto, conseguirás más tiempo.
De momento, nos quedamos con esta interesante reflexión sobre lo rápido que pasa el tiempo.
¡Saludos!
La verdad es que Héctor me ha "pisado" casi todo lo que pensaba decir, pero como él mismo dice, lo importante en este mundo de los blogs es ofrecer visiones personales, más allá de las puras informaciones que podemos hallar en otros medios. Así que tus entradas serán siempre bienvenidas por ser tuyas, por ser tu granito de arena, tu aportación personal, grande o pequeña pero tuya. Así que no nos tengas tan abandonados... Un abrazo.
Aixx, ¡cómo te entiendo! Piensa que si todo ese esfuerzo en el insituto ya es para quedarte, almenos, sirve para algo. Si vives todo ese "stress" para que al empezar a coger el hilo se acabe la sustitución...¡¡¡entonces sí que da rabia!!!!
Ah, el tiempo, el escurridizo tiempo.
Las mismas dudas sobre la utilidad del blog parece que nos asaltan a quienes alimentamos uno.
Creo que lo esencial es seguir si uno tiene algo que contar. A veces, relego la publicación de un tema hasta que no he visitado mis blogs preferidos, siempre con el miedo de repetirme.
Cada vez la verificación es más ardua, pues son muchos los blogs (y de calidad) que estoy descubriendo.
Los blogs exigen una dedicación que a veces no es posible. Son como las arenas movedizas que nos atraen hacia su interior y nos alejan de nuestras otras facetas (la familia y los amigos).
Y mientras, el tiempo sigue fluyendo.
Juliiii, es cierto que todos pasamos en algún momento la crisis del blog, por eso pienso que estas dudas son pasajeras y no le doy mayor importancia.
Juan Antonio, qué sería de mi ilusión por el blog sin esta maravillos familia virtual que conformáis entre todos.
Edelia, qué bien nos entendemos cuando vivimos la misma situación...Lo bueno de mi sustitución es que lo será para todo el curso, así que eso sí me motiva bastante y compensa lo que pueda haber negativo.
Lu, también suelo hacer como tú: echar un vistazo por mis sitios, que cada vez son más, así que la tarea de escribir en el blog se complica con la de leer entradas de otros. Pero eso sí que es un gustazo.
A unos días del cumple, los días se van como barco de papel en una cascada, estrepitosamente. Feliz cumple. Vengo del blog de desde el aula. Una agradable sorpresa der con este blog.
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