Procedencia de la imagen
Para mirarte mejor
Aunque te aceche con las mismas ansias, rondando siempre tu esquina, hoy no podríamos reconocernos como antes. Tú ya no usas esa capita roja que causaba revuelos cuando pasabas por la feria del Parque Forestal, hojeando libros o admirando cuadros, y yo no me atrevo ni a sonreírte, con esta boca desdentada.
Juan Armando Epple
6 comentarios:
¡Qué bonito el recortable! Y qué recuerdos de la infancia. Vi también los que pusiste de Dulcinea y Sancho Panza, son geniales.
Genial¡¡¡¡
Cuantas Caperucitas y cuantos Lobos hay así por el mundo.....
La caperucita y el lobo del cuento puede que de alguna manera existan. Es una imagen que nos es tan familiar, que desde pequeños la tenmos, que ahora, de mayores, no queremos renunciar a ella.
Un abrazo.
Recuerdo que, de niña, Caperucita fue mi preferida por su desobediencia. Aunque el pago por ella fuera el castigo.
Hoy me cuesta reconocerme en ese papel. Ah, el tiempo...
Silvia, los recortables eran y son mi debilidad...
Anatxu, con el paso del tiempo es inevitable que abunden estos personajes que se reflejan en el cuento.
Miguel, no sé si será por lo que dices, por la familiaridad, pero es cierto que nos cuesta dejar atrás a esos personajes. Los encuentro una y otra vez en microcuentos, en páginas de ilustradores...
Lu, también a mí me gustaba esa niña aventurera que se atrevía a atravesar el bosque... Ahora, claro, no me identifico con ella.
No sé qué me gusta más, si el recortable o las palabras de Juan Armando
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