Ya se acabaron las vacaciones y yo he vuelto más nostálgica y apática que con fuerzas renovadas, al contrario de lo que esperaba. Ordenando y guardando las fotos de estos meses, añoro los sonidos, los sabores y los olores de los veranos de siempre en el pueblo, que ya no tendré hasta el año que viene: el dulzor de los higos, el olor a tierra seca del campo, el chirriar permanente de las chicharras.
Dejo un haiku, recordatorio de esos días veraniegos que me retrotraen a la infancia, y también una foto, a modo de haiga, para ilustrar el poema. Aunque hay imágenes que hablan por sí mismas, sin necesitar las palabras.
El higo abierto
tiene un corazón roto
que llora miel.
Dejo un haiku, recordatorio de esos días veraniegos que me retrotraen a la infancia, y también una foto, a modo de haiga, para ilustrar el poema. Aunque hay imágenes que hablan por sí mismas, sin necesitar las palabras.
El higo abierto
tiene un corazón roto
que llora miel.
3 comentarios:
Mui bonito :-) Enhorabuena por el blog.
En portugués, a un tipo de higos se les llama "pingas de mel"
Saludos
rib
¡Qué bonito ese nombre! ¿Cuál sería su traducción al castellano? ¿Gotas de miel? ¿Tragos de miel?
Creo que los higos son los que en castellano se llaman "higos tipo cuello de dama"; la traducción literal de "pingas de mel" es "gotas de miel".
Saludos
rib
Publicar un comentario